La estrategia del kirchnerismo y del PRO está clara: polarizar hasta las PASO y tratar de dejar afuera del debate a las otras opciones electorales.
Por eso, cada vez que pueden, los precandidatos Mauricio Macri y Daniel Scioli aprovechan para tirarse con dardos en los medios. Ayer, el gobernador bonaerense remarcó las diferencias que tienen y el jefe de Gobierno porteño aseguró que, si gana Scioli, “los males que hay en la Provincia de van a extender” al resto del país.
“Yo defiendo la recuperación de YPF, Mauricio estuvo en contra; yo defiendo la recuperación de la administración de los fondos de la ANSES para que haya Asignación Universal por Hijo y Conectar Igualdad, y él estuvo en contra. Tengo 800 nacimientos en la Provincia con la Ley de Fertilización Asistida, porque creo en el rol social activo del Estado, y ellos se abstuvieron”, disparó Scioli.
Luego elogió a Florencio Randazzo, quien fue su rival en la interna presidencial K. “El ‘Flaco’ es un tipo con mucha experiencia”, dijo, y aclaró que el ministro del Interior y Transporte lo acompañará en actividades de campaña. Y descartó que Carlos Zannini, su compañero de fórmula, vaya a controlarlo y que “ejercerá con plenitud”.
Macri, por su parte, advirtió que una Argentina gobernada por Scioli sería el país de la “no cloacas, no distribución de gas, no desagüe, no pavimento, no escuela pública y no hospitales públicos de calidad”. “Cuando uno recorre la Provincia, la diferencia que hay en términos de calidad de vida que hay de un lado del Riachuelo y del otro no se puede aceptar”, evaluó el líder del PRO.
