Música y Netflix en “The Get Down”

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Esta vez el gigante del streaming apostó por la idea que el director de “Moulin Rouge” pensaba hace una década, y aunque en la primera parte de la serie que se puede ver desde el viernes pasado la música es un factor importantísimo, no alcanza para ser un musical.

Los seis episodios cuentan la historia de un Justice Smith (“Paper towns”) dentro del Bronx en los 70’s, con el auge del disco, rap y hip-hop, pero además (aunque recién sobre el final) comenzando su camino a la adultez con su primer trabajo de verano.

La parte más importante pasa por cómo convive entre grafitis y pandillas junto a sus amigos inventando rimas con  Shaolin Fantastic (Shameik Moore), un DJ héroe del barrio con quien busca los secretos para ser el mejor pinchadiscos.

Se ve el papel preponderante que se le da a la melodías, pero a diferencia de lo que había hecho en “Moulin Rouge”, Baz Luhrman prefirió que sus personajes no expresaran sus sentimientos y sensaciones en una onírica escena de baile. De todas maneras es a través de sus letras que Smith relata parte de su vida y deja en claro lo que le ha ocurrido; cada capítulo comienza en lo que podría definirse como un flashforward de lo que seguramente se convertirá su personaje, Ezekiel, dando un gigantesco concierto.

La historia se vuelve más completa para “Books”, como es el apodo del protagonista, cuando por fin conquista al amor de toda su vida (decidieron no mostrar cuando concretan, sino que a la mañana siguiente cuentan que lo han hecho) y Shaolingtiene que dividir su día entre la guerra de pandillas que ponen en peligro su vida o acompañar a Herizen Guardiola en su carrera musical.

La relación con ella, además, lo pone en una encrucijada política, porque a cambio de un futuro mejor acepta una pasantía en el World Trade Center con los políticos que toman decisiones de las cuáles él es consciente que perjudican a la mayoría, pero lo han convencido de que así destruirá el sistema por dentro.

Se ve en el director australiano – nominado al Oscar por el musical con Nicole Kidman e Ewan McGregor que además fue candidato al Globo de Oro por su dirección y ganó el BAFTA por “Romeo + Juliet” – un gran detallismo en la puesta en escena, como si fuera una escena de Broadway tal cual demostró en “El gran Gatsby”. De ese plantel repite a la diseñadora de producción, Karen Murphy, con quien había trabajado también en “Australia”. Por eso también es que co-creó esta serie con Stephen Adly Guirgis, de poca experiencia audiovisual pero multipremiado por sus obras teatrales.

Ese tinte político aparece desarrollado más sobre el final, así también como el auge homosexual (allí toma más importancia el personaje de Jaden Smith), que seguramente será desarrollado en los episodios venideros. Porque ahora los distribuidores han decidido lanzar la temporada de doce episodios en dos tandas, esperando para el año que viene el séptimo capítulo, que al igual que el primero fue dirigido por Luhrmann. Ed Bianchi sirvió como director la mayor parte del tiempo al igual que hizo en “Broadwalk Empire”, “The Killing”, “Bates Motel”, “The wire” y “Mad Men”.