Nietzsche y Borges más allá del tiempo: el enigma de la repetición

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«¿Qué ocurriría si un día o una noche, un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: “Esta vida, como tú ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión…?»

De esto nos habla el mito del Eterno Retorno  explicado por  el filósofo Nietzsche en La Gaya Ciencia, allá por 1882.¿Cómo serían nuestras acciones si supiésemos que deberíamos repetirlas una y otra vez durante toda nuestra vida, si estuviésemos «obligados» a revivirlas en su esplendor, en su fracaso, o triunfo por siempre sin siquiera alguna variación?

Si en el devenir diario, omitimos una mirada, esquivamos una persona necesitada, olvidamos  una caricia, un abrazo, un sentimiento; si engañamos, si evitamos la toma de decisiones, si causamos daño o dolor, si reímos hasta desgastarnos…¿ Cómo serían multiplicados hasta el último de nuestros días?

¿ Viviríamos de igual manera sabiendo que ese gesto una vez concluido y arribado a un fin será retomado una y otra vez, en iguales condiciones, para volver a suceder, a sucedernos, sin siquiera mínimas variaciones?

Conociendo esto, ¿no reflexionarías sobre tu presente sabiendo que aquellas personas que hoy son tu entorno volverán a estar presentes el ciclo que viene, al igual que todo el resto de los seres, vivientes y no vivientes y las mismas cosas volverán a ocurrir, tal y cual ya ocurrieron antes, en las mismas circunstancias y con sus mismas particularidades?

La historia en general y la literatura, en lo particular «no es más que la historia de unas cuantas metáforas», nos decía Borges en referencia a la reiteración temporal. Aquellas, se van repitiendo y utilizando alternadamente según sea la necesidad del autor.  Se concibe así  «la vida del hombre como una sucesión de diferentes hechos, hitos y sentimientos determinados, aunque sujetos a cambios leves».

Y aquí nos hallamos nuevamente ante este dilema, aunque ya desde una posición autocreadora, abierta a la posibilidad de transformación. Pero Nietzsche nos violenta al más allá, nos desafía y obliga a replantear acciones donde el Eterno Retorno permite ser pensado como un mito verdaderamente inexplicable y magnético, que nos arroja por fuera de nuestra propia comprensión y razonamiento.

¿Serías realmente el mismo si supieras que tus actos se repetirían ad infinitum por el resto de tu vida?