¿Para qué lavar los platos si es posible comerlos?

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Dos jóvenes belgas diseñaron una vajilla comestible a base de papas, aceite y agua. Los recipientes soportan diversos alimentos en su interior, tanto secos como húmedos. Si bien en un principio el proyecto se orientó a ahorrar el trabajo de limpiar, se objetivo viró hacia el cuidado del medio ambiente.

Hélène Hoyois y Thibaut Gilquin son dos jóvenes emprendedores belgas que inventaron los primeros platos que se pueden comer. Tienen forma de una taza y están compuestos por fécula de papa, agua y aceite.

Bautizado Do Eat, el proyecto fomenta “un gesto ecológico muy simple: luchar contra los desechos producidos por los recipientes de plástico”, según explicó Gilquin a Efe. Además especificó que tiene un sabor neutro, por lo que se lo puede combinar con los gustos dulces o salados que contengan en su interior.

Con respecto a su solidez, la vajilla permite añadir distintos tipos de alimentos, desde salsas a aperitivos. Además se puede meter en el horno y, en caso de no ser consumida, tiene la característica de ser biodegradable.

En un principio los socios invirtieron sus ahorros para lanzar el prototipo, pero después recibieron el apoyo de  Valonia Creativa. Este incluyó un presupuesto de un millón de euros, aportado en partes iguales por la Comisión Europea y el Gobierno valón.

Los diseñadores declararon que en un futuro completaran el juego de mesa con cubiertos, vasos y cubiertos comestibles. Hasta el momento sólo hacen entrega en Bélgica, pero quieren ampliar su mercado a otros países como España, Francia o Suiza.