El presidente uruguayo, José Mujica, anunció ayer que el traslado de seis presos desde la base estadounidense de Guantánamo, en Cuba, a Uruguay quedará bloqueado hasta después de las elecciones, la primera vuelta es el 26 de octubre, de forma que el próximo Gobierno decida sobre la cuestión.
Mujica había anunciado en marzo que aceptaba la transferencia de los seis prisioneros,pero ha negado que sea a cambio de algo concreto a favor de su país, según Mujica esta decisión responde a una cuestión de derechos humanos.
La delicada situación electoral del izquierdista Frente Amplio (FA), al que pertenece Mujica y la intensa campaña de la oposición contra del traslado han doblegado al presidente, quien hasta hace pocas semanas repetía que la decisión dependía solo de él, en acto público Mujica afirmó que es importante tener la opinión del nuevo gobierno: «Ustedes saben que no eludo decisiones cuando las tengo que tomar, pero un presidente no es un rey, no hace lo que se le ocurre», añadió.
El debate sobre los presos de Guantánamo incendia la campaña electoral desde hace una semana, Mujica calificó a los dirigentes del opositor Partido Nacional de «almas podridas y cobardes» cuando su candidato, Luis Lacalle Pou, anunció que se opone a recibir a los presos de la base. La polémica coincidió con dos sondeos: el primero anunciaba un empate técnico entre el gobernante FA y el Partido Nacional en primera vuelta, con un estrecho 5% de indecisos, el segundo mostró que el 58% de la población ve con malos ojos la llegada de los seis reos.
Si el Frente Amplio gana las elecciones en Uruguay habrá traslado, como afirmó su candidato, Tabaré Vázquez; si llega al poder el Partido Nacional de Luis Lacalle Pou lo más probable es que no.
