Recesión: las grandes empresas del país preocupadas

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Coca Cola, Pepsi, Ford, GM y Adidas, entre otras grandes empresas con presencia en el país, transmitieron sus impresiones sobre la economía argentina ante el organismo regulador de Wall Street.

Las empresas multinacionales le sumaron a sus inquietudes por la incertidumbre con respecto a la política cambiaria y, en segundo término, la inflación, la recesión de la economía argentina. Las preocupaciones de las grandes firmas como Coca-Cola, PepsiCo, Ford, General Motors y Adidas, entre otras, tienen correlato en una situación que impacta en el clima de negocios.

Según los últimos balances, casi todas presentan caídas en las ventas, incluso, algunos anticipan un 2015 complejo, con menor actividad. Aunque con diferencias de matices, en la mayoría de los casos los ejecutivos responsables de estas firmas comparan la situación macroeconómica local con lo que ocurre en la Venezuela de Nicolás Maduro.

En el caso de Coca-Cola, según su último balance presentado ante la SEC, el organismo regulador bursátil norteamericano, la empresa advirtió que «la ausencia de mecanismos de mercado aprobados por el Gobierno para convertir la moneda local en dólares norteamericanos en la Argentina y en Venezuela restringe la capacidad de la compañía de pagar dividendos de esas locaciones». Esto impacta desfavorablemente en sus ganancias.

Según señala el diario La Nación, PepsiCo atraviesa un panorama similar. Aunque aumentó 1% en volúmenes sus ventas en la región, en particular por la marcha del negocio en Chile, en Argentina y Brasil registró «descensos de dos dígitos». En este marco, la empresa recordó que en 2014 el tipo de cambio desfavorable redujo el crecimiento de la facturación neta debido a la depreciación de ciertas monedas, como el peso.

El sector automotriz plantea las mismas inquietudes. A diferencia de otras compañías, que usan términos eufemísticos como «mercados desafiantes» para referirse a situaciones complejas desde el punto de vista del negocio, la empresa fue más crítica. La norteamericana Ford, con 100 años en la Argentina, alertó en su balance que «Sudamérica enfrenta sostenida volatilidad del mercado e incertidumbre política».

Para Ford la Argentina está en escalones similares al del país que maneja Nicolás Maduro. En 2014, Ford vendió en el país unos 94.000 vehículos, un 22% menos que los 118.000 del año anterior. Sin embargo se ilusiona con una «leve recuperación en Brasil».

En el caso de General Motors, la automotriz lamentó que en el 1° trimestre sus ventas totales en la región hayan caído. Según el balance presentado en la SEC, hay dos motivos prinmcipales: la menor facturación en Brasil por una baja en la demanda de cuatro de sus modelos y por menores ventas de su portafolio en «Chile y la Argentina, causadas por condiciones económicas difíciles».

Otra de las multinacionales que también mostró caída en los volúmenes fue Siderar, la empresa siderúrgica del grupo Techint que fabrica chapas. El año pasado vendió en el mercado local 2,3 millones de toneladas, 149.000 menos que en 2013. La mayor responsable, según sus palabras, fue la retracción en la industria automotriz, pero también influyó la caída en la construcción. «Los despachos de Siderar al mercado local se contrajeron un 6,2% en 2014», explicó la empresa.

En el sector agroindustrial, la norteamericana Monsanto, cuyo negocio había tenido el año pasado una buena performance en el país, lamentó que en el 1° trimestre del año sus ventas globales de semillas de maíz hayan caído 126 millones de dólares por los menores volúmenes demandados, entre otros países, por la Argentina.

En el caso de Adidas, el fabricante de indumentaria deportiva que viste a la Selección, tuvo un buen 2014. La empresa destacó la marcha del negocio en la Argentina, en México y en Brasil, que condujeron a un aumento de 19% en las ventas. Pero lamentó que «la falta de divisas llevó a una contracción de la actividad económica».

Sus expectativas locales para este año, sin embargo, son más moderadas: considera que, al igual que en Brasil, la fluctuación de la moneda y las desfavorables condiciones del mercado de trabajo llevarán a una menor actividad, concluye el informe del diario.