Recinto Ferial CU

El esquema general del proyecto surge a partir de tres condiciones. La primera tiene que ver con una restricción constructiva de 25 metros a ambos lados, a partir del eje conformado por el derecho de vía de seis líneas de alta tensión (que corren en dirección oriente – poniente). La segunda, responde a la condición de vecindad con la reserva ecológica de Ciudad Universitaria. Y la tercera condición, definitoria del esquema, fue la premura del calendario de proyecto y obra; construida en sólo 9 meses.

El desarrollo del proyecto ejecutivo se realizó en paralelo. Así, estas condiciones nos sirvieron como premisa y estímulo para desarrollar una estructura transparente, “fibrosa” y sencilla, que tuviera una vocación de apertura y permeabilidad hacia su entorno y hacia su comunidad…

La idea básica consiste en generar un ágora a cubierto, por medio de una armadura de acero, la cual permite librar un espacio grande sin apoyos. Esto, con el fin de permitir realizar todo tipo de eventos y actividades itinerantes a cubierto. La idea del ágora en su forma clásica es re-interpretada en este proyecto, a lo largo de diversas variaciones y derivaciones. Generamos un pórtico hacia el sur y otro similar hacia el norte (como unas stoas griegas) que permiten no únicamente deambular sino que son, en sí, un pórtico estructural que resuelve el claro principal de 45 metros. Por otro lado, dicha estructura porticada genera una fachada profunda que funciona como circulación en dos niveles, nos protege a su vez del sol “sur” y nos enmarca las vistas.

El edificio se desplanta sobre una plataforma de concreto que aprovecha el desnivel del terreno, para generar un pedestal irregular que “clava” al edificio en el sitio y desde el cual se establece una “meseta” para delimitar y subrayar el paisaje volcánico del pedregal: es como si nos encontráramos sobre un promontorio prehispánico, que surge del paisaje para poder mirarlo y resaltarlo.

Al lado sur, la plataforma se extiende hacia el exterior formando un “malecón” orientado hacia el Ajusco. Los lados oriente y poniente disponen de unas “cajas” cerradas de tabique extruido color amarillo, las cuales contienen el espacio central, además de que actúan como dispositivos “servidores” de éste. Aquí se encuentra el programa de apoyo, así como los servicios generales de todo el conjunto. El resto del edificio suma 4,000 M2 de exposición sin obstrucción alguna (más casi 1,500 M2 de espacios “periféricos” que abonan al área de exposición).

Como parte del concepto planteado en el concurso, las cuatro esquinas de la nave están abiertas, recordando la espacialidad del Cuadrángulo de las Monjas en Uxmal. Cada una de estas esquinas tienen una vocación distinta, pero con el común denominador de relacionarse físicamente con el exterior, y por lo tanto, con el expresivo paisaje circundante. Asimismo, el edificio responde de manera consciente a la arquitectura original de C.U. El campus central de C.U., con sus facultades circundantes, sirvió como una referencia valiosa durante el proceso de diseño. A partir del uso de materiales vidriados, acero, piedra brasa y concreto hacemos una referencia a la arquitectura de diversos edificios del campus original, planteado en los años cincuenta. Los frontones de Raúl T. Arai inspiraron el tratamiento exterior pero desgraciadamente, por cuestiones presupuestarias, dichas áreas no pudieron realizarse como estaba originalmente pensado en proyecto.

Es importante aclarar que el estudio de dicha arquitectura no tuvo como fin establecer un catálogo de citas o referentes obligados a fin de lograr que el edificio fuera políticamente correcto con su entorno, sino que, más bien, el proceso de diseño partió como una crítica a innumerables edificios que se han “sembrado” en C.U. sin tener un discurso claro, una planeación lógica o un diálogo sensato con su sitio y contexto histórico. Pensamos el edificio como un digno descendiente de la contundente arquitectura de la Ciudad Universitaria primigenia.

Durante el proceso de diseño recordamos a también otras arquitecturas como la de Adolf Meyer y Walter Gropius en su Fagus Werk o a Mies van der Rohe con su Crown Hall y a algunos edificios memorables de Arne Jacobsen; dentro de un marco de búsqueda por una arquitectura pragmática, representativa de una institución seria y atenta al contexto.

A nivel urbano se presentó un planteamiento general, el cual integró al proyecto un acceso peatonal a través de la reserva ecológica de C.U. Esto, a través de un andador de madera y concreto que se adapta a la topografía y que conecta al predio con el interior del Campus Universitario, sin la necesidad de “salir” de éste para acceder al complejo del Recinto Ferial. Dicha idea fue contundente para inclinar la balanza a nuestro favor, sobre las propuestas de los otros competidores. Sigue en pie, y las autoridades correspondientes celebraron esta iniciativa. El andador también sirvió para ligar un estacionamiento que propusimos, con capacidad para 100 autos ubicado en un remanente entre el museo de Universum y la reserva ecológica; buscando conectar en última instancia estas instituciones con el nuevo proyecto que sirve como apoyo a toda la comunidad universitaria.

La estructura del edificio es en acero. Se optó por el acero por la rapidez y facilidad constructiva, a pesar de que el acero es más costoso que el concreto, por ejemplo. Su fabricación se puede hacer de manera múltiple (insitu y en taller) y la estructura es la expresión del edificio evitando recubrimientos añadidos. Esto permitió cumplir con el calendario de obra. La cimentación es a base de zapatas corridas y contra-trabes de concreto, a las cuales se ancla la estructura de acero. Ésta se resolvió por medio de columnas compuestas (dobles) a base de placa y perfiles armados en taller. El claro libra una luz de 45.75m desde el paño interior del porticado. Este claro se resolvió por medio de una armadura de alma abierta de acero, constituida por perfiles HSS, cuyo peralte al centro del claro es de más de 3 metros de altura. Las columnas principales están moduladas a cada 9.15 metros y entre ellas se desplantan dos series de columnas secundarias a cada 3.05 metros, que sirven para generar rigidez y soportar también la fachada, así como otras partes del programa. La altura del espacio generado por las armaduras es de 9.15mts. a lecho bajo de armadura.

Todo el edificio se moduló a partir de una célula de 10 x 10 pies, la cual responde a los módulos comerciales de los stands para eventos temporales, y que vienen en esta medida americana (así como también la modulación del acero comercial).

Todas las instalaciones son aparentes y siguen los criterios más actualizados en cuanto a ahorro energético. Para el aire acondicionado se optó por un sistema de extracción mecánica en fachada y, haciendo uso de ventanas practicables y louvers, se buscó generar una ventilación cruzada natural (aprovechando que en la zona del valle de México los vientos dominantes provienen del norte). Con la reserva ecológica como telón de fondo, pensamos en “absorber” la humedad y aprovechar el micro clima que dicha vecindad nos aporta. Las salas de uso múltiple son las únicas que cuentan con aire acondicionado.

La instalación eléctrica y de sistemas están planteadas siguiendo todos los requerimientos técnicos para satisfacer al usuario, así como en cumplimiento de las normas técnicas y estándares de la Universidad Nacional Autónoma de México.