El hombre que mató a toda su familia hace 23 años y medio, Ricardo Barreda, ya cumplió su pena. El juez de Ejecución Penal, Raúl Dalto, firmó en los últimos días la resolución por la cual ya no deberá rendirle cuentas a la Justicia y es libre.
Condenado en 1995 por el cuádruple crimen, en mayo de 2008 le concedieron la prisión domiciliaria en la casa de su pareja, Berta «Pochi» André, en Belgrano, y en 2011 la Justicia le dio la libertad condicional. Beneficio que le revocaron en 2014 porque consideraron que la convivencia se había vuelto «peligrosa» para la mujer, que murió un año después.
Recordemos que a fines de 2015, ya con 80 años, el célebre odontólogo volvió a salir de la cárcel y se trasladó a Tigre, donde un amigo le alquiló una casa.
El 15 de noviembre de 1992, en su casa de Calle 48 entre 11 y 12 en La Plata, Barreda asesinó con una escopeta a su esposa Gladys (57), a su suegra Elena Arreche (86), y a sus hijas Cecilia (26) y Adriana (24).
Supuestamente, los malos tratos que recibía de todas ellas, fue lo que provocó la reacción que terminó en una masacre.
El odontólogo pretendió desvincularse del crimen. Lo quiso hacer pasar por un robo y aseguró que ese fin de semana él había estado pescando. Finalmente, cuando su mentira quedó en evidencia, confesó.
