El equipo de Bauza tuvo un flojo desempeño durante los 90′ y le ganó en el alargue al modesto Auckland City por 2-1. Pablo Barrientos puso al Ciclón en ventaja en el epilogo de la primera etapa y Ángel Berlanga estampó el empate parcial para los oceanicos. En el suplementario, apareció Mauro Matos para dar el grito sagrado y poner a los de Boedo en el partido que vienieron a buscar.
El conjunto de Edgardo Bauza está en la final del Mundial de Clubes. No es poca cosa, pero en lo que debía ser un partido accesible ante el Auckland City, terminó más cerca de Torrico que del arco oceanico y tuvo que esperar hasta el alargue para ganarlo por un modesto 2-1. Los nervios, la ansiedad y por momentos una cautela alarmante para salir a buscar el triunfo, fueron los factores determinantes para que San Lorenzo redondee una victoria ajustada, que lo deja en la puerta de la gloria que vino a conquistar, pero muy lejos de la actuación que deberá tener para estar a la altura de un Real Madrid avasallante.
Pareció equivocar el planteo desde el inicio Edgardo Bauza y lo verificó con el correr de los minutos y el desarrollo. El triple cinco (Mercier- Ortigoza-Kalinski) impuesto por el Patón, como eje de contención y juego, falló desde los dos puntos y quebró al equipo que mostró poca solidez en lo defensivo y una falta alarmante de tenencia de pelota ante el débil Auckland City. Barrientos y Verón no aparecieron por las bandas y Cauteruccio quedó desolado contra toda la defensa oceanica, recta y sin complicaciones. Sin embargo, los de Boedo, en la única jugada colectiva elaborada, encontraron la ventaja en los pies de Pablo Barrientos antes de irse al vestuario. Ventaja más lógica que merecida, pero ventaja al fin.
En el complemento, si bien lo pudo liquidar de entrada, San Lorenzo se confió a estimar esfuerzos y bajó los decibeles. Dejó venir al Auckland City, comandados por el argentino Emiliano Tade, y recibió un cachetazo a manos de Ángel Berlanga, que siguió la jugada, y antes de que se vaya por la línea de fondo, sacó un remate que fue directo a la red.
La igualdad desesperó a San Lorenzo y salió a buscas, aunque sin demasiadas ideas. Con Romagnoli y Matos en cancha, el equipo del Patón consiguió la actitud determinante que debió tener desde el comienzo e inquietó al arquero Williams en un par de ocasiones. La más clara la tuvo Cauteruccio, pero el palo le negó lo que hubiera sido un golazo.
El campeón de Ocenia, pudo haber dado el batacazo a poco del final, pero el argentino Tade le erró al arco cuando solo Torrico lo separaba de dar la mayor sorpresa del certamen.
En el alargue, San Lorenzo consiguió rápido la ventaja por intermedio de Mauro Matos y luego se dedicó a defender el pase a la final. El Auckland estuvo cerca de llevar la definición a los penales, pero está vez, el hierro estuvo del lado azulgrana.
Pitazo final y desahogo total para San Lorenzo que se quedó con la victoria por 2-1 y ahora enfrentará al Real Madrid el próximo sábado (16:30 hora local) en la final del Mundial de Clubes. Deberán mejorar y mucho los de Bauza si es que quieren acariciar la gloria y que todo no sea depender de un milagro del Papa Francisco.
