San Lorenzo no pudo con Real Madrid en la final del mundo

El Ciclón cayó frente al campeón europeo por 2-0 en Marrakech en la final del Mundial de Clubes por los goles de Sergio Ramos y Gareth Bale frente a diez mil cuervos.

Edgardo Bauza sacó un equipo bien parado, que con una muralla en el fondo filtró muy pocas pelotas hacia Sebastián Torrico. Pero esa serenidad atrás significó pocas jugadas del otro lado de mitad de cancha; la mayoría fueron en inferioridad numérica y con pelotazos que aunque llegaban Gonzalo Verón o Martín Cauteruccio, luego se la sacaban fácilmente.

Cristiano estuvo desaparecido en el partido, teniendo solo dos tiros libres en la primera mitad, uno que sin problema quedó en las manos del arquero y otro que no pasó la barrera. Pero cada vez que la tocaba, rápidamente lo cerraban dos camisetas argentinas. En el segundo tiempo solo tuvo un cabezazo en el área chica que atrapó muy bien Torrico.

La carta fuerte de los españoles fueron los córners, que siempre fueron de peligro desde el pie de Toni Kroos. De esa forma anotó Sergio Ramos – que venía de hacerlo ante Cruz Azul – a nueve minutos del descanso, perdiendo a Mario Yepes en la carrera.

En el segundo tiempo Real Madrid salió más relajado, pero aún así en el comienzo encontró los espacios. Y aunque los defensores hicieron lo correcto para incomodar lo suficiente a los delanteros para que no fueran peligrosos sus disparos, un remato que no debería haber previsto dificultad para Torrico en el sexto minuto significó el gol de Gareth Bale luego de que la pelota pasara por debajo del arquero.

Con la relajación de los españoles, San Lorenzo hizo trabajar a Iker Casillas, quien en el primer tiempo lo único que hizo fue cortar un centro. Enzo Kalinski pegó de aire una pelota que le quedó picando frente al arco, y Emmanuel Mas desde la izquierda tuvo un peligroso disparo que quedó en Casillas. El volante sobre el final tuvo otro disparo desde fuera del área que el portero tapó muy bien sobre el ángulo inferior izquierdo, y luego Julio Buffarini y Juan Mercier tuvieron sus chances de igualar.

En el primer tiempo otro protagonista fue árbitro Walter López de Guatemala, que tuvo algunas decisiones polémicas y amonestó en esa primera mitad a Pablo Barrientos, Néstor Ortigoza – jugó pese a una molestia en el talón -, Ramos y Carvajal (luego se unió a la lista Buffarini y Walter Kannemann). Pero el segundo tiempo fue menos rudo y no llamó la atención el centroamericano.

El balón de oro al mejor jugador fue para Ramos, quien obviamente también fue elegido como el mejor de la final. El trofeo de plata fue para Ronaldo y el tercer mejor jugador fue el neozelandés Ivan Vicelich de Auckland City, que en el partido previo le había ganado por penales a Cruz Azul para quedarse con el tercer lugar.

Con esta 22ª victoria consecutiva, el equipo de Carlo Ancelotti levantó su cuarto título en el año luego de la Copa del Rey (ante Barcelona), Champions League (frente a Atlético Madrid) y Supercopa de Europa (contra Sevilla). Además se quedó por primera vez con el Mundial de Clubes – que el año que viene volverá a Japón – en su segunda presentación tras el cuarto lugar en 2000 en Brasil. Sumado a las viejas Copas Intercontinentales son cuatro los festejos ecuménicos luego de lo conseguido en 1960 (vs. Peñarol), 1998 (vs. Vasco da Gama) y 2002 (vs. Olimpia).

El Ciclón, que había ganado su primera Copa Libertadores y solo tenía en su vitrina la Copa Conmebol 2001 y la Copa Sudamericana 2002 a nivel internacional, tendrá como objetivo en el próximo año retener el título de América, además de mejorar el octavo lugar en el que terminaron en el Torneo de Transición.

Hay que destacar que hoy salieron campeones del mundo por segunda vez en el año los alemanes Sami Khedira y Kroos tras lo hecho en Brasil 2014. A nivel de selecciones también lo habían hecho Iker Casillas y Sergio Ramos con España en Sudáfrica 2010. Mientras que Bauza llegó a su segunda final en este torneo teniendo en cuenta que en 2008 había perdido con Manchester United, Ancelotti se había colgado esta medalla en 2007 con Milan ante Boca en Japón.

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