¿Se viene el estallido?: Cristina se prepara para el 1M

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Expectativa hay. Mucha. Y eso es porque mañana hablará la Jefa de Estado ante una multitud de fieles, convocada con una semana de antelación. Desde el inicio del kirchnerato, el gobierno no tuvo la necesidad de reunir apoyo popular durante un acto de apertura del año legislativo. Y esto no tiene nada que ver con la famosa “pista siria” del caso AMIA; al parecer, el discurso podría tener ruido de “taquito militar”.

La presentación de hoy no es más que un acto rutinario en todos los países democráticos y que transitan por carriles más o menos previsibles. Pero la Argentina de 2015 está lejos de tener un clima político normal; y es por eso que la alocución que hará Cristina Kirchner ha disparado, en los últimos días, todo tipo de versiones respecto a medidas drásticas y cambios institucionales graves.

La palabra «golpe» se ha escuchado con una frecuencia inusitada, y no solamente en boca de los dirigentes kirchneristas -lo cual, a esta altura, ya no resulta sorprendente- sino también por parte de los políticos de la oposición. Tal vez las “predicciones” de Lilita, difundidas esta semana durante una entrevista en el canal Todo Noticias, hayan sido las más explícitas: “el domingo, Cristina perpetrará un autogolpe consistente en un avance contra la independencia del Poder Judicial”.

Más allá de que la credibilidad de Carrió siempre es puesta en tela de juicio, su denuncia fue tomada en serio por la OEA, pero, como es habitual, fue objeto de críticas por parte del oficialismo. Sin embargo, resulta ligeramente extraño que las desmentidas no llegaran a disipar del todo el clima enrarecido que precede al discurso presidencial. Tanto es así que, por temor a su seguridad, la diputada se perderá de presenciar con sus propios ojos el desarrollo de la sesión.

Ahora bien, ¿qué es lo que sucederá? Concretamente, se habló sobre la posibilidad de una integración del máximo tribunal con mayor número de miembros y hasta del desplazamiento de Ricardo Lorenzetti como titular.  Sobre esta posibilidad se hicieron eco influyentes analistas, como Rosendo Fraga, para quien no es descabellada la posibilidad de un proyecto de ley cuya consecuencia sea la «puesta en comisión» para parte de la Justicia federal.

En tanto, el diputado Edgardo Depetri explicó que la demostración kirchnerista del 1M forma parte de una estrategia oficial para contraatacar la ofensiva del «Partido Judicial». «Hay una clara maniobra destituyente, un escenario de fabricar causas contra funcionarios y cajonear otras causas importantes que involucran a los grandes empresarios de la Argentina», manifestó el diputado, intentando dar una respuesta tranquilizadora.

Pero hay versiones mucho más dramáticas, ya que la seguridad que rodeará a la concentración del público en la plaza del Congreso quedó también en medio de la controversia, al incluir la participación de personal militar.»El 1M los militares tomarán el control de la seguridad y acceso al Congreso. La destrucción institucional del kirchnerismo no tiene límite», afirmó el diputado Federico Sturzenegger, que milita en las filas del macrismo.

Sea lo que fuere, está claro que Cristina está a punto de realizar su jugada final. Cierto es que su imagen se ha debilitado fuertemente durante el último año. Pero en este 2015 llegará el fin inminente de su gestión, y depende exclusivamente de ella concluir su mandato de la manera tradicional y con medidas que permitan efectuar un balance positivo de la “década ganada”, o bien, con aquella forma inconstitucional que tan malos recuerdos nos trae a los argentinos.