«Truman» de Cesc Gay, con Ricardo Darín

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Mientras «El Clan» es nominado al Oscar, fuimos a ver «Truman», del catalán Cesc Gay, con Ricardo Darin.

Es sin duda una buena alternativa para el que quiere ir al cine y no ver gente torturada o explotando por los aires. Esta película, de producción argentino-española es, sin duda, madura.

«Truman» es la historia de dos amigos, Julián (Ricardo Darín) y  Tomás (el español Javier Cámara) despidiéndose. Es que Julián, con cáncer terminal, decide abandonar el tratamiento para morir a su modo. Y Tomás, que se toma cuatro días y viaja desde su casa en Canadá a la de Julián en Madrid, acompaña a su amigo en una serie de festejo y despedida.

Lejos de ser un drama melancólico, «Truman» muestra el rostro de la enfermedad con humor y alegría. Los dos amigos se despiden con su estilo, queriendo darse cariño continuamente entre discusiones y situaciones ridículas. La historia, tierna y dulce, habla del amor de un hombre que deja ir todo para disfrutar su ultima estadía en el mundo, preocupándose por cómo deja a los demás: a su hijo, a sus amigos y a un perro viejo hermoso que ha cuidado durante años: Truman.

A su modo «Truman» es una película que barre con algunos tabúes que hace apenas 10 años eran motivo de incomodidad, debate y negación. ¿A cuáles me refiero?

1- El cáncer. Una enfermedad tabú, que aquí se muestra como una situación más de la vida. Como un proceso que se debe acompañar. Como una situación límite que puede despertar la alegría inmensa de vivir.

2- La marihuana: Julián, siendo un adulto responsable viviendo en Madrid, fuma marihuana y el público sentado en sus butacas en el cine, de todas las edades y de ambos sexos, parecen no incomodarse.

3- La homosexualidad: En la búsqueda de un nuevo dueño para Truman, los personajes llegan a una pareja de lesbianas que han adoptado a un niño ruso y que buscan un perro para conformar la familia. Otra vez, sin morbosidad ni vueltas neuróticas, el publico recibe a una pareja de lesbianas con una profunda aceptación y gracia. ¡Por fin este tabú se derriba!

4-La psicología: casi todos los personajes del film hablan de su terapeuta y del tratamiento. ¡atrás quedaron los años donde ir a terapia era cosa rara!

5- La libertad de decidir el futuro de la vida propia: La historia en sí gira en torno a la decisión de Julián: abandonar un tratamiento largo, costoso y doloroso que supone el cáncer para entregarse, libremente, al trance de la muerte por propia decisión. Los médicos no hacen objeción alguna, y con ademanes de abrazarlo, lo aceptan y lo dejan ir libremente. Esta es, quizás, una de las barreras más profundas que se han disuelto en los últimos años: la responsabilidad propia de la vida.

En fin, si se ve de esa forma, «Truman» es una película que refleja los progresos humanos. Que refleja el cariño y la belleza de hacer lo que uno quiere hacer. La película, editada con una sutileza magna, tiene canciones bellísimas de fondo que te llevan junto a imágenes de nubes gigantes bajo aviones, de paisajes hermosos de Madrid, Ámsterdam, que pasa del clima sutil a la profundidad de un Spinetta: Logra todo eso que «Truman» sea un acierto. Otra vez, Ricardo Darín, se muestra lúcido, simpático y alegre. Y hace emocionar al público siendo un personaje valiente. «Truman» es en sí un buen canto, y en el caso de que quieras pasar un buen rato, emocionarte, relajarte y disfrutar, todavía podes ir al cine a verla en pantalla grande.