Villa Melana

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El proyecto fue adjudicado Valia Foufa + Panagiotis Papassotiriou, por una familia que está interesada en dejar Atenas por una nueva casa de campo en el Paisaje Arcadian. El diseño comenzó a mediados del 2012 y el trabajo en el lugar se completó a finales de 2014.

Todo comenzó como una simplicidad instantánea; en un sitio muy empinado con vistas claras hacia el mar, un casa de vacaciones protege a sus habitantes del calor del sol y los fuertes vientos, además de calmar los sentidos bajo la luz de la luna.

Hemos colocado la construcción en la único meseta disponible, formada naturalmente por el sitio, con el fin de evitar los trabajos preliminares innecesarios que podían estropear el relieve.

Elementos simples se hacen frente a un terreno difícil, muy inestable y empinado. Con el fin de tener vistar al mar y a la enormidad del horizonte abierto, se vuelve necesario el intento de enmarcar las vistas.

La estructura se define por 3 volúmenes que se colocan a lo largo de las curvas de nivel. El producto final es el resultado de la división de un volumen rectangular en 3 partes, mientras la parte media se tambalea hacia el este. Esta ruptura se ve reforzada por el uso de diferentes materiales y la alteración del diseño.

Las principales características del volumen central (donde se alojan las actividades diarias) son revestidas con (1) piedra local de Arcadia – una construcción de piedra seca, tanto interna como externamente en una estructura de hormigón y (2) revestimiento de ladrillo – el tejado a dos aguas con roofslates y la chimenea en el extremo estrecho enmarcando la vista. El diseño tiene referencias a la arquitectura local (donde se reunió con el Tsakonian «Makrinaria»), incorporando cambios en la forma y el tamaño de las aberturas con el fin de lograr mejores resultados en la salida bioclimática y las vistas.

De piso a tech, las aberturas mejoran la función de aspecto dual, sin afectar la calidad monolítica, pero cruzándose las vistas por todos lados. El escalonamiento de la pared occidental, desde el contorno de este volumen, crea una larga y estrecha área de circulación bajo un techo de parapeto plano que conecta los tres volúmenes.

Dos bloques blancos se establecen detrás de cada lado del volumen principal (donde se alojan los dormitorios y baños), actuando como referencia al minimalismo y la sinceridad de nuestro lenguaje arquitectónico que intenta dejar de lado las características y exageraciones decorativas pesadas.

En la intersección de los tres volúmenes, dos vigas de hormigón actúan como «conectores», sutilmente subrayando la unión de éstos bloques.

Finalmente, el blanco hace reflejar el sol, el revestimiento de piedra ofrece su masa térmica que conecta al edificio con el entorno y juntos protegen a los habitantes de las condiciones meteorológicas. Una configuración que revela la vista infinita al horizonte y que fue llevada a cabo por consideración, al fuerte relieve y a los materiales tradicionales de la zona.