Violenta represión en Venezuela

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Al menos nueve personas resultaron heridas, entre ellas una por arma de fuego en una pierna, durante la marcha opositora que pretendía llegar ayer hasta la sede de la Asamblea Nacional (AN, parlamento unicameral) en Caracas, en defensa del órgano legislativo, en reclamo de elecciones anticipadas y por la libertad de los presos políticos, en una violenta represión.

El herido de bala esta “fuera de peligro”, según se informó, mientras que los demás lesionados tampoco revisten gravedad, ya que presentan “traumatismos” no severos, como el caso una joven que fue atropellada por un motociclista en medio de refriegas y quedó con heridas leves.

Estos incidentes se presentaron en una de las principales autopistas de la capital, hacia donde se desvió una marcha opositora que intentaba acercarse al Legislativo. Previamente, el diputado opositor José Olivares y Lilian Tintori, esposa del encarcelado dirigente Leopoldo López, denunciaron que grupos armados afines al gobierno dispararon contra la manifestación. “Colectivos de Nicolás Maduro nos disparan”, afirmó Olivares en Twitter. “Tuvimos que tirarnos al piso”, indicó a su vez Tintori.

Un día después de que la OEA declarara que en Venezuela hay una “grave alteración” de la democracia, unas mil personas intentaron marchar hacia la Asamblea, en el centro de Caracas, pero la policía lo impidió. Esto originó forcejos en medio de los cuales los uniformados lanzaron gases lacrimógenos que alcanzaron al presidente del Legislativo, Julio Borges, al ex candidato presidencial Henrique Capriles y a diputados como el veterano dirigente Henry Ramos Allup.

Los políticos corrieron para resguardarse y terminaron fatigados y con los ojos irritados. “Así se le falta el respeto a la investidura parlamentaria”, denunció Borges en las redes sociales. El asambleísta Richard Blanco terminó en terapia intensiva por efecto de los gases, según informó su partido. “Esto es una dictadura y dentro de poco no habrá comida, ¿esto es lo que quieren para sus hijos?”, le gritó a los policías María González, una enfermera de 56 años que estaba en la protesta.

La mayoría opositora del Parlamento tenía previsto iniciar ayer un proceso para destituir a magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que la semana pasada asumió brevemente las facultades legislativas y retiró la inmunidad a los diputados. La sesión fue aplazada para hoy miércoles

En tanto, miles de partidarios chavistas se movilizaron hacia las cercanías del Legislativo para rechazar la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA), que anunció además gestiones diplomáticas para recobrar el “orden democrático”, incluyendo una posible reunión de cancilleres. “Respaldamos a Maduro ante estos ataques que quieren un golpe de Estado. Rechazamos todos los actos de esos cancilleres lacayos del imperio”, señaló Angelo Oliva, manifestante oficialista.

Durante la marcha, Diosdado Cabello, importante líder chavista, aseveró que “la OEA firmó su certificado de defunción”. Maduro repudió el lunes la declaración del organismo, al que llamó “tribunal de inquisición”.

Los alrededores de la plaza adonde fueron convocados los opositores amanecieron custodiados por decenas de militares con vehículos antimotines. “Si el pueblo de Venezuela sigue presionando, sin amedrentarnos, vamos a ver el cambio en todos los niveles del Estado al punto tal de que Maduro va a tener que irse”, dijo a periodistas el vicepresidente de la Asamblea, Freddy Guevara, durante la concentración. Las sentencias del TSJ generaron fuerte rechazo internacional y abrieron una fisura en el oficialismo, luego de que la fiscal general, Luisa Ortega, una chavista confesa, las denunciara como una “ruptura del orden constitucional”.