Con el plan de traspaso, tanto Mauricio Macri como Horacio Rodríguez Larreta cumplen sus promesas de campaña.
El cambio de dependencia involucrará a los policías de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, es decir, las 54 comisarías porteñas, Infantería y Montada, la Superintendencia de Bomberos y parte de las áreas de la Policía Científica y de Investigaciones.
«Queremos que el personal policial retenga las cosas que valora, su sentido de pertenencia, su obra social, tener un buen ingreso. Estamos buscando la fórmula de un traspaso no traumático», dijo el secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco.
Para evitar choques, la intención es que los policías federales que sean traspasados a la Ciudad tengan un jefe de su propia Fuerza. Además, no se harán cambios de uniformes ni de escalafón, los oficiales se seguirán atendiendo en el Hospital Churruca y tendrán la misma caja de retiros.
«La Policía Metropolitana tiene por delante una enorme tarea, porque muy pronto se va a agrandar la familia para recibir a parte de la Policía Federal», declaró Macri el pasado 28 de octubre.
La Policía Metropolitana cuenta con 6.300 oficiales actualmente y se sumará casi la mitad de la dotación de 44.000 que tiene la Fuerza Federal´.
