Entre denuncias de irregularidades y ante la demora del anuncio de resultados oficiales, los principales líderes de la oposición venezolana proclamaron ayer una victoria histórica en las elecciones legislativas, la primera en más de 16 años de hegemonía chavista. Maduro reconoció la derrota.
Una ola de denuncias y la tensión al rojo vivo marcaron anoche el cierre de las elecciones, consideradas un plebiscito sobre la gestión de Nicolás Maduro. La decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de retrasar una hora el cierre de todos los colegios electorales provocó indignación en la oposición. «Pisa la ley, es una violación constitucional», denunció a última hora Vicente Díaz, ex rector del CNE.
Asimismo, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, dijo ayer que el portaaviones estadounidense George Washington, del que había asegurado que podría estar cerca del país el día de las legislativas, «no tiene indicios de pasar» por la zona, pero sí puede hacer «exploración radioelectrónica».
Más tarde, }Nicolás Maduro,} reconoció la contundente derrota que sufrió el oficialismo. «Viendo estos resultados hemos venido con nuestra moral, con nuestra ética, a reconocer estos resultados adversos, a aceptarlos y a decirle a nuestra Venezuela que ha triunfado la Constitución y la democracia», dijo en conferencia de prensa.
El gobernante llamó a la oposición a «poner fin a la guerra económica», como denomina a la crisis reflejada en la escasez de alimentos y medicinas, alta inflación y una profunda devaluación del bolívar. Y agregó: «Nuestro reconocimiento a los resultados siempre estuvo garantizado. Siempre supimos que nadábamos contra la corriente y no nos escondimos».