El presidente François Hollande presentó ayer un enérgico programa de medidas de seguridad para aniquilar a Estado Islámico (EI) en el exterior y modificar la Constitución para luchar mejor contra el terrorismo dentro de las fronteras de Francia.
«Francia está en guerra. Y frente a la guerra, el país debe adoptar las decisiones apropiadas», dijo a los parlamentarios, reunidos en congreso en el Palacio de Versalles. Anteayer por la noche, el gobierno anunció haber bombardeado masivamente el feudo de EI en la ciudad siria de Raqqa, donde destruyó un puesto de comando y otro de entrenamiento.
«No habrá ni pausa ni tregua», prometió Hollande. «Seremos implacables», insistió. Durante la sesión, que comenzó con los 577 diputados y 348 senadores, el jefe del Estado también solicitó la prolongación del estado de emergencia por «tres meses» y mantener una «unión nacional», actualmente frágil, que sólo suele invocarse durante las verdaderas guerras.