Los cinco próceres de la inversión en Wall Street se decantan por Europa

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Desde que el S&P 500 tocase fondo aquel 9 de marzo de 2009, Wall Street ha vivido una espectacular racha alcista aderezada por los estímulos de la Reserva Federal y el dinero barato. Si el indicador de referencia ha sumado más de 1.430 puntos desde entonces y acumulado una rentabilidad de más del 200 %, el Nasdaq sobrepasaba ayer por primera vez desde el boom de las dot.com la cota psicológica de los 5.000 puntos. Sin embargo, en un momento en que Janet Yellen está a punto de levantar el vuelo, Mario Draghi y Haruhiko Kuroda se han convertido en los pilotos de aquel helicóptero que en su día despegó Ben Bernanke. De ahí que cinco de los grandes bancos de inversión americanos hayan trasladado su preferencia desde EEUU al mercado europeo.

«Existen mayores oportunidades en los mercados de renta variable fuera del país, significativamente más altos cuando se emplea divisa local», reconoce David Kostin, estratega jefe de Goldman para el mercado estadounidense. Según sus cálculos, el Stoxx 600 ofrecerá una rentabilidad del 17 % en los próximos 12 meses, sólo superado por el Topix nipón que acumulará un beneficio del 19 %.

Cuando se refiere al Viejo Continente, el efecto del Quantitative Easing, véase la flexibilización monetaria que Draghi y sus chicos se disponen a implantar este mes, se ha convertido en el pilar que afianza la recuperación de la eurozona. «Cada vez somos estamos más y más confiados de que el crecimiento económico será decente y por encima de su potencial, en una media del 1,5 % en 2015 y 2016», estima Gilles Moec, el director del área económica para Europa de Bank of America Merrill Lynch.

Precisamente, la última encuesta realizada por el banco entre un total de 196 gestores de fondos, destaca que los inversores «son exuberantemente alcistas con Europa tras la promesa del BCE». Cierto es que las previsiones de beneficio para la renta variable europea se encuentran en su mejor momento desde 2009 y un 51 % de los gestores sondeados se decanta por la eurozona cuando se trata de invertir en bolsa en el próximo año. «La confianza ha llegado por delante de los fundamentos en la renta variable europea. Es como si no hubiera ni un sólo inversor bajista, eso sí, tendremos que ver una fuerte recuperación para mantener felices a los alcistas», apunta Manish Kabra, estratega cuantitativo de renta variable europea de BofAML.

De momento, la intención del BCE de invertir al menos 1,1 billones de euros en bonos soberanos a un ritmo mensual de 60.000 millones de euros es la brújula que guía a los inversores estadounidenses hacia Europa. «Esperamos una estabilización de las expectativas de inflación y una reducción en los tipos reales. Esto impulsará aún más la depreciación del euro, lo que supondrá un viento de cola para los ingresos de las compañías europeas y ofrecerá una mayor competitividad a las exportaciones», determina Lisa Shalett, estratega jefe de Morgan Stanley Wealth Management. «El QE del BCE justifica nuestra recomendación de sobreponderar sobre la renta variable de Europa, especialmente en compañías que paguen dividendos y sean exportadores», añade.

La predilección por la renta variable europea también se deja notar en J.P. Morgan: «Cuando se trata de invertir en acciones seguimos teniendo preferencia por la eurozona sobre EEUU», asegura Mislav Matejka, analista del banco.

Desde J.P. Morgan esperan que la economía europea crezca un 1,6 % en 2015 y mantienen una recomendación de sobreponderar las bolsas europeas debido la intercesión del BCE, la devaluación del euro y unas valoraciones que han mejorado. Por su parte, recomiendan infraponderar el mercado americano dado que las acciones están caras y la incertidumbre sobre cuándo la Fed subirá los tipos genera incertidumbre entre los inversores.

Para los analistas de Citi, el BCE será la mano que mece la cuna tanto de la renta variable europea como del avance macroeconómico de la eurozona. «Somos optimistas con las bolsas europeas, esperamos un incremento en los beneficios del 10 % de media para las compañías europeas en 2015 impulsados por la devaluación del euro, los estímulos del BCE, una mejora del crecimiento y un impulso en los beneficios de la banca», aseguran en un informe.

Eso sí, los riesgos políticos pueden ensombrecer el panorama, especialmente con procesos electorales en Portugal y España, además de la incertidumbre sobre Grecia que tienen el potencial de descarrilar el optimismo que pesa sobre los mercados europeos.