Oficina Sangsu-dong

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La planta en forma de ‘una mano que señala «está sentada en la cima de la colina en la zona Sangsu-dong, Seúl. Al igual que el nombre de la región significa «la ciudad sobre el río’, el proyecto está mirando al río Han desde la arriba. Un acantilado de 6m de altura divide la parte del «dedo que señala» arriba de la parte de «la mano», abajo. Estas diferencias de estrecho/ancho y encima/debajo en una planta pequeña trabajaron como obstáculos desde la fase inicial de diseño.

El sitio es accesible desde los niveles superiores e inferiores, pero el último es posible sólo a pie. El nivel superior, con acceso vehicular y peatonal, fue seleccionado como entrada principal, pero el estrecho de «dedo» formó otro obstáculo. Los arquitectos decidieron no localizar masa en la parte estrecha, y empujaron el edificio hasta el borde del acantilado. Esta colocación de una masa pesada en el acantilado resultó en una especie de extraña tensión y fuerte punto de vista hacia el río Han.

Esto último formó la imagen principal del edificio, «la roca pesada en el acantilado». Las rocas de 6 m apiladas por debajo del acantilado se revelan por encima de la colina y construyen otra piedra en la colina. ‘La roca’ se asienta en sí de manera constante en el suelo, sin abrumar a la escala de su entorno.

El material principal seleccionado para revelar el concepto de «la roca» fue el ladrillo. Ladrillos envejecidos con superficie rugosa se utilizaron principalmente para las fachadas. Ladrillos reflectantes fueron seleccionados para la parte superior del edificio, y ayudaron a poner en relieve la imagen de la roca escarpada, reflejando la luz del sol.

Las aberturas también sirven para destacar las fachadas pesadas. Se utilizaron dos tipos de vidrio. El vidrio claro está alineado a la cara interna de las paredes y toma la sombra profunda en él. Uno reflectante está alineado a la superficie exterior y hace un agujero en la fachada falsa reflejando el entorno. Estos dos tipos de aberturas enriquecen el espacio interior variando la percepción de profundidad.

La escalera vertical que penetra en el acantilado conecta cada piso desde atrás. La planta baja es la única que no tiene vista al río, pero crea su propia atmósfera por medio de una altura de 6m.

El 1° piso de entrada principal sirve como pieza de unión entre el estrecho sendero y el mirador hacia el río. Repitiendo la estructura del espacio interior y la terraza exterior en la 3ª y la 4ª planta hace que su historia termine en el piso de la azotea, mirando hacia abajo, contemplando el río y la ciudad por completo.