A lo largo de la historia de la arquitectura, diseñar viviendas prefabricadas ha tenido un enfoque social. Hoy día, se ha vuelto un ejercicio arquitectónico e incluso estético, que busca experimentar con las técnicas y materiales tradicionales y encontrar alternativas de vivienda.
Con la intención de realizar un ejercicio multidisciplinario, Pirwi, marca mexicana de muebles, invitó a tres despachos de arquitectura mexicanos a colaborar en la creación de prototipos de casas prefabricadas. Al momento de realizar su casa prefabricada, los arquitectos integraron el compromiso con el ambiente, el uso de materiales sustentables, el diseño sencillo y funcional y los procesos constructivos que caracterizan a Pirwi.
La propuesta de cada uno parte de la reflexión en torno al espacio y las necesidades del habitante urbano: la rapidez, la movilidad, el dinamismo y la posibilidad de configurar su entorno de forma personalizada. Los prototipos presentados por Dellekamp Arquitectos, CC Arquitectos y at103 están diseñados para adaptarse y respetar cualquier terreno en el que sean instalados, de forma que se conviertan en construcciones no impositivas.
Este prototipo de vivienda prefabricada tiene que ver con la tecnología que utiliza Pirwi: las máquinas, los procesos, los materiales certificados, así como la idea de generar ensambles más que tornillos, pijas, clavos, y utilizar característico de ellos: el pegamento ecológico que permite la fusión de maderas, con mucha resistencia.
Una de nuestras inspiraciones claras es el ensamblaje japonés que no requiere clavos, donde se usa la madera en ensamblajes naturales y donde las piezas funcionan mecánicamente. Ésa es la filosofía de Pirwi: la unión de dos elementos; palanca, presión, unión, hembra-macho, tensión y compresión de los materiales.
Además, está la idea de reducir al mínimo los procesos de mano de obra, para que la casa sea un producto industrializado. También, al observar el prototipo se puede apreciar un frente claro, y en la parte posterior y la de arriba una salida de aire, además de que la casa no toca el suelo, sino que se levanta para que los ecosistemas y el agua puedan seguir fluyendo. Así, no genera obstrucción y permite que los elementos de la naturaleza sigan su curso.