Los problemas asociados a la producción, tráfico y consumo de drogas en los países latinoamericanos están ligados cada vez más a la exclusión, pobreza, violencia e inseguridad lo cual corroe la gobernabilidad de los países implicados en ello.
En relación a la producción, América latina concentra la totalidad de producción global de hoja de coca, pasta base de cocaína y clorhidrato de cocaína en el mundo, Colombia, México, Perú y Bolivia son los principales productores de hoja de coca, con una producción estimada de 550 toneladas de cocaína al año, Colombia es el único de los tres países andinos que presenta la característica de ser productor y exportador de narcóticos.
En cuanto al tráfico de drogas, el principal problema que afecta América Latina es la exportación de cocaína ya que la totalidad de dicho producto se produce en la región, se estima que aproximadamente la mitad de la producción de cocaína de América del Sur destinada a los mercados mundiales pasa por el Caribe, de ese total el 35 % va con destino a los Estados Unidos, mientras que el 65 % a Europa. En la zona del caribe existe un amplio intercambio comercial marítimo y aéreo entre puerto rico y las Islas Vírgenes Americanas.
La cocaína que entra clandestinamente a los mercados de Estados Unidos, es llevada primero a México o Canadá donde es más fácil su transporte hacia este país, desde Colombia la cocaína es enviada por vía aérea y marítima a países de Europa, África, Rusia, Australia y Japón. Colombia reúne las condiciones geográficas necesarias para el éxito en el tráfico de estupefacientes, dada su geografía bioceánica, Brasil por su parte es un país de tránsito debido a su gran red fluvial amazónica y la disponibilidad de espacios de transito poco controlados.
Las necesidades de encontrar nuevas rutas de exportación son permanentes en el negocio de las drogas, con lo cual las redes del narcotráfico se han venido expandido a otros países como Argentina, Venezuela y Chile, convirtiéndolos en puntos de tránsito para exportar droga a Europa y América del Norte.
Los actores involucrados en el tráfico de drogas son diversos y van desde los grandes traficantes transnacionales hasta los microtraficantes instalados en las ciudades latinoamericanas y que abastecen el mercado local, el tráfico de drogas a cualquier nivel ha venido generando o reforzando una cultura de la ilegalidad que corroe las normas mínimas de sociabilidad, en este tipo de cultura la violencia y el crimen se extiende como mecanismo para la resolución de conflictos, en especial el del microtráfico generador de los altos niveles de inseguridad en las ciudades.
El consumo de drogas, en toda la región, ha venido afectando en mayor medida a la población más joven y más entre los hombres que en las mujeres, sin importar condición socio- económica, generando exclusión social y pobreza como factor de riesgo para quienes las consumen.
En síntesis, el problema del narcotráfico en América Latina es una cuestión que abarca múltiples sectores de la sociedad a nivel estructural, generando graves consecuencias en el panorama político, social, económico y cultural de cada país involucrado directa o indirectamente con este fenómeno, que no solo es el problema de los países productores sino también de quienes los consumen y de las representaciones sociales que generan los medios de comunicación.