Se viene la reforma política

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Mauricio Macri sueña con una Argentina que en las elecciones legislativas de 2017 diga adiós a la boleta de papel tradicional, desea que los comicios sean organizados y controlados por un ente autónomo, que responda en última instancia a la Cámara Nacional Electoral, y, como si fuera poco, anhela un sinceramiento en el financiamiento de los partidos políticos en tiempos de campaña.

Para lograr todo esto, Macri deberá buscar consensos: para modificar el Código Nacional Electoral, el futuro presidente necesitará la mitad más uno de los votos en el Congreso, una suma de voluntades con las que todavía no cuenta. Allegados al presidente electo aseguraron que será uno de los primeros proyectos que ingresen a debate en el Congreso en 2016. El equipo técnico liderado por José Torello y Emilio Monzó ya trabaja para pulir los detalles técnicos y contemplar las vicisitudes políticas que enfrentarán en el Parlamento.

Más polémica promete despertar la intención de Macri de vaciar al Poder Ejecutivo de las facultades electorales que en los últimos comicios tuvo el Ministerio de Justicia. La intención del próximo gobierno es crear un ente autónomo para organizar las elecciones que, en última instancia, dependa de la Cámara Nacional Electoral. Inspirado en el Instituto Nacional Electoral de México (INE), también replicado por varios países de la región, el organismo estaría compuesto por representantes de los tres poderes, elegidos por concurso.