Trump: inmigrantes y su sueldo anual de 1 U$S

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El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que deportará o encarcelará a los inmigrantes con «antecedentes penales», que calculó en hasta tres millones de personas, y decidirá qué hacer con el resto de los indocumentados después de garantizar la seguridad en la frontera con México, tema que, insistió, será prioritario.

«Lo que vamos a hacer es tomar a la gente que son criminales y que tienen antecedentes penales, pandilleros, traficantes de droga, probablemente dos millones, podrían ser incluso tres millones, y vamos a echarlos del país o vamos a encarcelarlos», dijo el millonario neoyorkino en una entrevista con el programa «60 minutos» del canal CBS difundida ayer, en la que apareció junto a su familia.

En Estados Unidos, hay alrededor de 11 millones de indocumentados, a los que Trump había prometido en su campaña expulsar, pero ayer limitó esa política, al menos en lo inmediato, a quienes tengan problemas con la justicia. Lo que abre una incógnita sobre la suerte de los restantes sin papeles que oscilan entre 8 y 9 millones.

«Después de que la frontera esté segura y después de que todo se haya normalizado, vamos a tomar una determinación sobre esa gente. Son gente estupenda. Pero antes de tomar esa decisión, es muy importante que aseguremos nuestra frontera», afirmó en su primera aparición televisiva tras el triunfo electoral.

Desde que se impuso a la demócrata Hillary Clinton, Trump matizó algunos de sus proyectos de campaña más controvertidos como la eliminación del programa de salud conocido como Obamacare y recuperó los lazos con el Partido Republicano, que le había quitado el respaldo por sus posiciones extremas. Ayer designó como jefe de Gabinete a Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, ratificando su preferencia por el sector más conservador de la agrupación, a pesar de su discurso previo anti-establishment.

Con respecto al muro en la frontera con México (se extiende por 3000 kilómetros), reiteró que lo construirá pero admitió que en «ciertas áreas» podrían colocarse cercos en lugar de un bloque de ladrillos. «Para algunas áreas lo consideraría (cercos), pero para otras, un muro es más apropiado. Soy muy bueno en esto, se llama construcción», dijo, haciendo gala de su experiencia como empresario de bienes raíces. Newt Gingrich, uno de las figuras claves del entorno de Trump, había arrojado un manto de duda sobre si el mandatario electo obligaría a México a pagar el muro. «Tal vez no gaste demasiado tiempo intentando que México pague por ello, pero fue una gran estrategia de campaña», había dicho Gingrich según The Washington Post.

En una entrevista con CNN, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, negó ayer que en la agenda de Trump figure crear una «fuerza de deportación» para expulsar a indocumentados, como había asegurado en la campaña, pero consideró prioritario el fortalecimiento de la seguridad en la frontera sur. Ryan, que se había distanciado del magnate, reató lazos después de un encuentro el jueves, el mismo día en que Trump se reunió con el presidente saliente Barack Obama.

Miles de personas volvieron a marchar la noche del sábado en varias ciudades del país en rechazo a su triunfo electoral. El movimiento «Not my president», en el que se destacan jóvenes e hispanos, convocó a una gran protesta frente al Congreso para el 20 de enero cuando asumirá la presidencia Trump. «Demostremos al mundo cómo actúa el voto popular», rezaba una de las pancartas frente a la Trump Tower de Manhattan, donde vive y tiene sus oficinas el magnate. Hillary obtuvo en las presidenciales 210.000 votos más que el republicano, que sin embargo se impuso en el colegio electoral.