En Argentina todavía no terminamos de comprender el valor que tiene disponer de activos que se encuentran justificados fiscalmente.
En los últimos años, a partir de los avances en la sincronización e instrumentación de políticas dispuestas por la AFIP, se comenzó concientizar al contribuyente acerca del valor que representa tener un estado de situación fiscal regularizado.
Por ello, a pesar que la carga impositiva en nuestro país asciende a valores máximos históricos, hoy se tiene la oportunidad de justificar fondos con una alícuota baja si se lo compara con el costo financiero que hubiera tenido el pago de los distintos impuestos para declarar aquellos fondos.
Como consecuencia, la oportunidad de disponer fondos declarados genera un nuevo escenario para aquellos que quieren tener un mayor control acerca de su liquidez financiera. El disponer fondos no declarados limitaba la posibilidad de acción y de uso de dicho capital.
En nuestra experiencia, vemos que las administraciones realizadas por entidades en el exterior, no resultaban ser acorde a las expectativas del inversor y los fundamentos para llevar adelante dichas operaciones, no coincidían con sus intereses.
En la actualidad, luego de instrumentar la exteriorización, un inversor tiene la posibilidad de gestionar su capital con entidades reguladas en el país, ya sea a través de Bancos locales, internacionales o Sociedades de Bolsas y con un asesoramiento y control que trasciende el límite de la distancia, el idioma y la dependencia de no poder tener una opción.
En conclusión, el sinceramiento fiscal debe verse como una oportunidad financiera y fiscal para regularizar aquellos activos no declarados. Como consecuencia, disponer de liquidez declarada posibilitará tener mejores oportunidades de inversión y así lograr una administración más eficiente, transparente y segura de su capital.
