En la calle, periódicos, redes sociales y en la televisión se vive un ambiente de división entre dos bandos,debido al empate, entre Dilma Rousseff y Aecio Neves, según registra la últimaencuesta de la consultora MDA,la presidenta tiene el 45,5% de la intención de voto y el centroderechista Neves aparece con 44,5%, ligeramente por debajo de la mandataria, pero dentro del margen de error de 2,2 puntos porcentuales, lo que se traduce en un empate técnico.
El país se encuentra polarizado, tenso, reducido en apariencia a dos grupos antagonistas, la campaña electoral entra en su recta final y los dos aspirantes, la presidenta Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) y Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, se encuentran empatados en las encuestas, situación que no se veía en Brasil desde hace mucho, sólo en 1989, en la primera elección directa presidencial después de la dictadura militar, el por entonces candidato Luiz Inácio Lula da Silva y el que finalmente resultó vencedor, Fernando Collor de Mello, llegaron a un segundo turno tan igualados.
En el último debate televisado el pasado domingo, ambos candidatos se centraron más en la cuestión económica que atraviesa Brasil, Neves concentróbuena parte de sus acusaciones y de sus promesas en que Brasil no crece como crecía y que o se produce un cambio o no va a volver a crecer, por su parte Rousseff le replicó que no fuera tan pesimista, que el desempleo no supera el 5% y recordó que hace un mes la ONU retiró a Brasil oficialmente de los países en los que se pasa hambre.
El país no sólo está dividido en las encuestas y por colores (el rojo para el PT, el azul para el PSDB) sino también geográficamente: casi todo el Norte y el Este, más pobre y menos educado, apoya a Rousseff; el sur y el oeste más industrioso y con más recursos, es más favorable, por lo general, a Neves. En las grandes ciudades como São Paulo prefieren al PSDB; en las aldeas en las que no hay casi nada, al PT.
Aún queda una semana de campaña entre debates, encuestas, entrevistas y mítines el próximo viernes se dará paso al último y más definitivo debate televisado, todo encaminado a menguar esta igualdad tan notoria que está partiendo el país en dos.
