La iniciativa estuvo en manos de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico y contó con la colaboración de otras áreas de gobierno.
La flamante ley regula los permisos de uso en espacios verdes y establece ciertas características técnicas, además de garantizar las condiciones de seguridad y el respeto a los valores históricos, culturales, y estéticos de estos bienes, declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad en el marco de la Ley 1227.
La importancia de la norma radica en que, finalmente, se ha establecido un marco regulatorio para estos bienes culturales los cuales constituyen parte del patrimonio inmaterial por poseer, no solo valor en términos de objeto, sino además, envuelven al tradicional y familiar oficio de «calesitero» y a ciertas prácticas y costumbres particulares de la actividad que se pretenden conservar.
Las calesitas y carruseles forman parte de la tradición porteña. Se apuesta al reconocimiento de las calesitas y carruseles como referentes urbanos de la Ciudad, así como la promoción de la valorización del bien “calesita” y “carrusel” en sí mismo y de la actividad que de ellos se desprende, que comprende a su organizador y a su público, tanto infantil como adulto. Las calesitas tienen un efecto cultural multiplicador e integran la memoria de la Ciudad de Buenos Aires por lo que corresponde estimular la actividad y su proyección para las generaciones futuras.
