Cautela en Brasil

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SAN PABLO.- El mutismo de Brasilia no fue ni más menos que el resultado de una gran sorpresa. No es que imaginaran un triunfo en la primera vuelta. Pero daban por descontada una diferencia significativa a favor del oficialismo.

En el Partido de los Trabajadores (PT) al que pertenece la presidenta brasileña, estaban convencidos de que Daniel Scioli tendría todas las chances de salir primero con margen de sobra como para asegurarse el triunfo si es que llegaba a enfrentarse con un “eventual” segundo turno. Le acreditaban “40% de las intenciones de voto, según las encuestas”; pero le daban como elemento central de su fortaleza el “reivindicar como sus principales banderas el crecimiento sustentable, el pleno empleo y la distribución de la renta, la calidad de la educación y el mejor nivel de vida”.

En el análisis de la dirigencia petista, Scioli estaba comprometido con “bajar la inflación a un dígito y disminuir los impuestos a la exportación de granos”.