En Australia cuesta más el agua que el vino

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Entrar a un supermercado y ver que la botella de vino es más barata que la de agua despierta la curiosidad inmediata en el comprador. Esto se vive en Australia, donde una botella de vino tinto -de una marca desconocida- cuesta US$ 0,82, mientras que una de agua -de 350 ml- vale US$ 2,04.

La explicación radica en que hubo una caída de la demanda internacional, sumado a un exceso de productos en el mercado interno -donde compiten marcas nacionales e importadas- que hacen que las góndolas exhiban semejante oferta.

«Una gran parte del volumen que exportábamos a ultramar ha regresado al mercado doméstico, a raíz de que cayó la demanda internacional de nuestro vino», explicó Paul Evans, el director ejecutivo de la Federación de Productores de Vino de Australia (WFA, por sus siglas en inglés), a la BBC.

Hay otro factor que influye en la abismal diferencia entre un producto y otro: el impuesto al alcohol difiere según cada bebida. «En Australia hay un régimen en el que el vino y la sidra tienen impuestos diferentes», dijo Robin Room, un investigador del alcohol reconocido a nivel internacional.

Y agregó: “A las bebidas se les carga el impuesto de acuerdo al valor de venta del producto, en lugar de por la cantidad de alcohol que tienen». Por lo tanto, menor valor de venta, menos impuesto paga. Es decir que el vino es el que menos paga.