Salvemos al Parma

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Los dirigentes de la Liga de Italia, encabezados por el presidente del Calcio Carlo Tavecchio, aprobaron financiar al club que padece graves problemas económicos y el próximo 19 de marzo podría ser declarado en quiebra con 5 millones de euros. El dinero saldrá del fondo de las multas que pagan las demás instituciones. 

Los máximos responsables de la Liga de Italia van a dar un paso más que importante para salvar al Parma. El club, en el cual actuaron en la década del 90’ los argentinos Hernán Crespo y Juan Sebastián Verón entre oros, esta prácticamente en bancarrota, con un déficit anual que supera los 100 millones de euros y una deuda con el fisco nacional de alrededor de 17 millones de la misma moneda.

Si bien la situación financiera del club parmesano no es nueva (hace varias semanas que se están rematando sus instalaciones deportivas y la mayor parte de su utilería para afrontar los gastos diarios), el problema tomó relevancia cuando los dirigentes actuales decidieron no abrir el estadio ante el Udinese por las altos costos que implicaba, como así tampoco viajar a Genoa por no poder pagar el traslado.  A esto, hay que sumarle, que los jugadores del primer plantel no cobran hace siete meses. Una situación insostenible por donde se la mire.

Para paliar la situación hasta que los actuales dirigentes de Parma encuentren un plan viable para saldar sus deudas y evitar la desaparición, La Liga Italiana, con el presidente Carlo Tevecchio a la cabeza, decidió por unanimidad en su sesión de ayer (16 votos a favor, uno en contra y tres abstenciones), otorgarle un salvataje de 5 millones de euros a la institución con el objetivo que pueda finalizar el certamen de esta temporada. Como prima condición para otorgarle el préstamo, deberán presentarse a disputar la fecha del fin de semana ante Atalanta y la próxima contra el Sassuolo.

En el plano judicial, los procuradores italianos investigan al ex presidente Tommaso Ghirardi y al ex director deportivo Pietro Leonardi de bancarrota fraudulenta. El primero, vendió la institución por el valor simbólico de un euro, ya que no podía afrontar las deudas que había contraído en su pobre gestión. Por su parte, Leonardo, había acordado invertir y sacar a flote las finanzas.