CFK y su último discurso como Presidenta en la ONU

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Cristina Fernández de Kirchner arrancó su último discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidad destacando la aprobación ocurrida el 10 de setiembre de una invitación a los países miembro para adherir a un marco regulatorio para la reestructuración de deudas soberanas.

Así la Presidenta resaltó que esa aprobación fue «un triunfo muy importante» y enumeró los principios aprobados. Asimismo recordó que la iniciativa fue enviada al Congreso para que sea sancionada como una «ley de orden de público».

En este sentido destacó que la Argentina «pudo reconstruir la economía y la sociedad, cuando la política volvió a tomar el comando de la economía» en el inicio del mandato de Néstor Kirchner en 2003 y marcó además que allí «comenzó el inexorable proceso de desendeudamiento».

Por otro lado, la Presidenta criticó el «hostigamiento de los fondos buitre» a los que calificó de «depredadores financieros» y aseguró que cuentan con «la complicidad de cierto sector judicial» de los Estados Unidos.

Lo dijo en referencia a «la crisis de los refugiados» que afecta a los países europeos, y argumentó que también hay que prestarle atención a las personas que «emigran hacia Europa en balsas».

Cristina Kirchner defendió el memorándum de entendimiento con Irán por la causa Amia y rechazó las críticas que recibió ese acuerdo al asegurar que hubo «mucha hipocresía, mucha geopolítica mezclada en el medio y muy poco interés por saldar la memoria y justicia de las víctimas» del atentado de 1994.

Señaló que «en el año 2013 firmamos el Memorándum de Entendimiento con Irán para destrabar la cuestión judicial de la causa Amia, el atentado se produce en 1994 y estamos hablando en 2013, otros gobiernos habían sucedido, nosotros tratábamos de luchar contra el terrorismo, memoria verdad y justicia de llegar a encontrar y castigar a los culpables ese fue el objetivo».

La Presidenta afirmó que la muerte de Alberto Nisman, que investigaba el atentado a la AMIA, se produjo tras «el desplazamiento de sectores de los servicios de inteligencia por fuertes sospechas de entorpecer la investigación» del ataque a la mutual judía. «Hoy siento que además (la causa AMIA) es una telaraña de intereses externos a mi país, una telaraña donde no solamente quedan atrapado los más débiles y los chicos y los otros permanecen afuera», cerró.