Dos policías que mataron a un niño de raza negra de 12 años que llevaba una pistola de juguete, -tras recibir una llamada del servicio de emergencia- han sido suspendidos de sus cargos mientras se investiga el hecho, informaron este lunes autoridades de Cleveland, Ohio (en el norte de Estados Unidos).
Los dos agentes, uno de ellos con menos de un año de experiencia como policía y otro con diez años de carrera, fueron suspendidos provisionalmente a la espera de los resultados de la investigación, que ocurre casualmente durante un gran momento de tensión en lo que a crímenes raciales se refiere debido a la expectante resolución del caso Michael Brown.
Los dos policías dispararon contra el menor en una zona de juegos al aire libre tras recibir denuncias telefónicas de que una persona armada con una pistola estaba apuntando a los transeúntes, según un comunicado de la división de la Policía de Cleveland encargada de investigar el uso de la fuerza letal. Según una grabación telefónica, la persona que llamó a la Policía dijo que el arma era «probablemente falsa».
Los dos policías que llegaron a la plaza le pidieron al niño que levantara las manos, pero éste las había «bajado hasta su cintura para tomar su pistola», siempre según el comunicado. Los policías dispararon dos veces e hirieron al niño. Una de las balas lo alcanzó en el abdomen. Tras ser hospitalizado el menor murió en las primeras horas del domingo.
Después de disparar, los policías se dieron cuenta de que «el arma en poder del sospechoso de 12 años era una réplica de una pistola del tipo «airsoft» (de canicas), parecida a una pistola semiautomática, con el indicador de seguridad naranja levantado», dijo la Policía en un comunicado.
